El a día nos exige enfrentar situaciones que posiblemente no sean tan sencillos como pensábamos, y con ello acarreamos sufrimientos y penas que solos no sabemos ni podemos manejar. Lo que puede conducirnos a una profunda depresión y desconsuelo.
Esa paz robada, podemos alcanzarla de diversas formas, pero en el tiempo la fe ha demostrado que es la más efectiva para todas estas situaciones a las que no le hayamos salida. La fe verdadera, nos brinda ese estado de paz con el que la tristeza huye de nuestro pensamiento y nuestro cuerpo, desechando esas angustias que nos arrancan la vida.
Existen diversas oraciones que evocan al espíritu santo, y que están dispuestas de acuerdo a la necesidad de las personas. Las hay para cuando se está enfermo, para la salud, para los niños, para causas difíciles, entre otras. Además, dichas oraciones pueden ser por determinados días, tres días, novenas, y todo de acuerdo al fervor que se tenga para alcanzar el tan anhelado milagro
La oración que te presentamos a continuación, es una novena que debes realizar con mucho fervor, sabiendo que lo que estás pidiéndonos Santísimo Corazón de Jesús te será concedido por obra y gracia. El favor que tanto necesitas se te dará junto a la gracia de tener un corazón dócil a las acciones del Espíritu Santo, de esta manera puedas al igual el Padre Celestial, tener misericordia con nuestros semejantes de la misma forma como él la tuvo con nosotros.
Oración a Jesucristo
Se inicia con la señal de la Santa Cruz: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
“Oh clemente y misericordioso Corazón de Jesús, llena nuestros corazones con tu gran ejemplo de amor, y que de esta forma podamos alcanzar de manera fiel el santísimo mandamiento que nos otorgaste, y que reza que seremos misericordiosos como nuestro Padre lo es.
Amadísimo Sagrado Corazón de Jesús, que con tu inmensa misericordia permitiste ser traspasado vertiendo tu sangre en nosotros, te suplico me liberes de este mal momento, purificándome y de esta forma concediendo mi humilde petición, transformando mi corazón en el más puro alcanzando tu gracia.
Concédeme que se. contemplarte, mi corazón se regocije de amor, y haga que mi orgullo se convierta en humildad, y la mansedumbre me acompañe en todos mis actos. Desde mi humilde petición, Sagrado Corazón de Jesús, te pido que me concedas lo que tanto anhelo.”
Seguido a la oración, le cuentas al Corazón de Jesús tu gran necesidad para que a través de su ayuda misericordiosa intercedan.
Finalmente, tu fe debe ser entregada y tu voluntad doblegada para que la caridad y la virtud se muestren en tu día a día, y de esta manera cumplir con nuestra misión de apóstoles de su palabra y alcanzar nuestra misión.
De esta manera, y con una entrega de corazón, debes estar seguro de que Dios te verá con buenos ojos, por tus actos y obras, por tu trabajo honesto, por tus estudios rectos, y te ayudará en todo aquello que desees emprender de buena forma. Solo debes orar a diario y de corazón.